Hoy es miércoles 18 de Septiembre de 2013 y SAGE ha celebrado su convención anual de partners en Madrid. Así que, tras la correspondiente reserva previa, he tomado el AVE en la estación perdida de Villena. Con puntualidad británica, el tren ha llegado a Madrid a la hora prevista, y tras un par de líneas de metro y un breve taxi, me he encontrado en el hotel en el tenía lugar el evento. La jornada en sí consistía en la presentación de los resultados anuales, nuevas estrategias de colaboración, novedades tanto legales como funcionales para el próximo FY, y las nuevas tendencias «en la nube». Vamos, lo habitual.
Pero una vez cumplida la agenda y cuando ya estaba todo el pescado vendido, Olga Viza, quien ejercía de maestra de ceremonias, nos ha sorprendido dando paso a una última ponencia sostenida por María de Villota. Para los despistados, María es la primera mujer que ha participado en la F1 desde 1980, siguiendo la estela de Giovanna Amati.
Es menuda, y se expresa acompañada de gestos suaves y una bonita sonrisa que en nada permiten adivinar la tragedia que sucedió en el verano del 2012, cuando su carrera profesional («su pasión«) fue interrumpida por un grave accidente que casi le cuesta la vida. De hecho, se llegó a redactar el parte de defunción en el propio circuito. Tras una extenuante operación a vida o muerte de más de 19 horas, permaneció en coma durante un mes y sufrió la pérdida del ojo derecho. La familia fue advertida de que muy posiblemente sufriese de por vida una incapacidad severa para realizar tareas, coordinar movimientos e incluso recordar a sus seres más cercanos. Sin embargo, María se recuperó de forma asombrosa, hasta el punto de que hoy, al verla sobre el escenario, hablando, riendo, contando anécdotas y emocionándonos durante casi una hora, cuesta creer que todo lo anterior ocurrió realmente. Sólo un pequeño detalle, un parche blanco, casi tan blanco como el pelo cortado a lo garçon que luce, nos recuerda aquel accidente, y que estamos delante de una auténtica luchadora, delante de una persona excepcional que fue capaz de levantarse y sacar ánimos para seguir adelante en una situación absolutamente límite.
Recibir este ejemplo de superación hoy, en estos tiempos en los que a veces nos cuesta sacar fuerzas para enfrentar un mal día, su presencia, sus palabras y su ejemplo han sido todo un regalo.
Muchísimas gracias, María.
P.D.: María falleció apenas un mes después de que tuviese la gran suerte de conocerla. Sirva esta breve reseña en este blog como mi sincero homenaje hacia ella, cuyo coraje y espíritu de superación me acompañarán siempre. Descanse en paz.